
Historia de la Opinión Pública en la Antigua Roma
La fundación de la Antigua Roma se atribuye a los hermanos Rómulo y Remo en el 753 a. C.; a partir de ese momento, hubo tres periodos con características específicas que determinaron su desarrollo: Monarquía (753 a.C. - 509 a.C.), República (509 a.C. - 27 a.C.) e Imperio (27 a.C. - 476 d.C.).

Profundizando dichas etapas; en la primera, el poder absoluto (militar y religioso) lo tenían los reyes; la segunda, se destacó por ser “más libre” y permitir que el pueblo escogiera una Asamblea; mientras que la tercera conquistó diversos territorios como Grecia y Egipto, superando crisis sociales y políticas.
Ahora bien, en cuanto a las relaciones de poder, los emperadores (reyes o monarcas) se posicionaban en la cima de “la pirámide”, seguidos de los patricios (oligarcas con acceso al Senado y las Magistraturas) y los plebeyos (hombres sin linaje), hasta la base constituida por los esclavos (instrumentos de trabajo). De este modo, las ideas o el “raciocinio” provenían de la clase dominante (“alta”).
No obstante, ante tal desigualdad, y con el fin de crear escenarios de expresión, el sistema se dividió de la siguiente forma: Magistrado Supremo, Senado, Asamblea Popular y Magistratura.
Con lo anterior; entre injusticias, cambios y avances, los pioneros de la opinión pública en esta civilización fueron: Tito Livio (59 a.C – 17 d.C) y Marco Tulio Cicerón (106 a.C – 43 a.C).
Respectivamente, uno la entendía como “opinión unánime”, es decir, un acuerdo común entre la totalidad de un grupo para la toma de decisiones y; el otro, se refería al concepto como el “apoyo del pueblo”, en otras palabras, la vida social basada en la justicia, el derecho y la Ley.
Nota: La publicidad y el vox populi, junto al derecho público y el privado son temas imprescindibles en la compresión de la época estudiada.
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