
RESÚMENES
Por: Christian Reyes Rodríguez
Este trabajo es el desarrollo de una investigación doctoral el cual está inmiscuida en la discursiva de la opinión pública y se analiza desde notas periodísticas sobre sondeos electorales. La pregunta principal de dicha tesis plantea cuál es el sentido que se construye relacionado con el discurso periodístico de las principales editoriales de Argentina. Asimismo, el texto se encuentra justificado y argumentado por aproximaciones teóricas que permite delimitar conceptualmente el objeto de estudio y se fundamenta en tres ejes de análisis: 1) las posibilidades fenoménicas y epistémicas de la opinión como objeto de estudio, 2) la genealogía de la opinión desde su emergencia como fenómeno social y 3) la doble mediatización del discurso periodístico.
Pueden considerarse dos aspectos de la opinión pública: el primero es que es un conocimiento en sí mismo en discursos sociales y el segundo es el acceso material a la misma está restringido a ciertas modalidades de vinculación y expresión de ciudadanía. Estas modalidades pueden ser de la esfera pública, instancias estatales de representación, instancias privadas de indagación, o por los medios de comunicación. En el primer caso se trata del “cara a cara” (manifestación o protesta) o mediatizada. En los otros casos solo se trata de mediatizaciones que requieren dispositivos de comunicación.

Por otro lado, salvo casos donde el “ad populum” tiene peso, el periodista o comunicador debe erigirse a sí mismo como la “voz del pueblo”, pues la presencia de la opinión pública en los medios de comunicación se realiza a través de mediaciones. Además, en el caso de noticias sobre sondeos o encuestas se evidencia que no refieren a acontecimientos o sucesos, sino a otras construcciones discursivas de corte científico estadístico. Así pues, se entiende que las noticas de los medios se fundamentan en los estudios de opinión pública y, este a su vez, es un discurso resultante del entrecruzamiento de otros dos (el discurso científico-estadístico y periodístico-noticioso).
Lo anterior lo afirmaban Fernández Sznaider (2017) cuando dijeron que la ciencia estadística entre indicadores cuantitativos para su difusión en los medios y estos forman parte de cadenas significativas. Sin duda alguna, se puede concebir la opinión pública como un discurso sobre teman de interés común que puede manifestarse por medio de diferentes dispositivos que potencian su difusión y generan más discursos. En este punto es indispensable resaltar que el discurso científico técnico y el periodístico comparte su vocación denotativa, no obstante, se diferencia porque el primero de estos tiene más acentuada la verdad, tal como lo mencionan Fernández Sznaider (2017).
Ahora bien, en la historia de la opinión pública puede identificarse como objeto de interés filosófico desde el siglo VI a.C. con Parménides quien distingue la verdad y la vía de la opinión, a esta concepción se suma la de Platón que menciona la doxa (opinión) y la episteme (conocimiento). De hecho, la “vox populi, vox dei”, comenzó a tener más repercusión en Europa con el surgimiento de las ciudades, y Maquiavelo lo afirmaría, señalando que “la multitud es más sabia y constante que un príncipe”. ¿Por otra parte, qué aportes desde la comunicación podrían resultar relevantes para analizar el discurso periodístico? Indudablemente la agenda setting, iniciada en la década de los 70 por McCombs y Shaw; otro aporte es la teoría de framing, imprescindible para entender la agenda de los medios.
Finalmente, y partiendo de los ejes analíticos anteriores se realizó un ejercicio de refinamiento de los objetivos y un primer bosquejo del delineado metodológico de la investigación. Primero, para el abordaje del dispositivo se requerirá el estudio cuanti y cualitativo de las noticias sobre sondeos, considerando la mediatización periodística en sí, solo así se podrán observar las características formales y estructurales de las noticas sobre opinión pública. También, es indispensable el relevamiento de huellas que den cuenta de marcas de género (desde lo temático y estructural). Ahora, para analizar el nivel de las prácticas o usos sociales, puede estudiarse desde el newsmaking. Por último, es necesario reflexionar sobre el recorrido sociohistórico y conceptual para una delimitación más precisa del abordaje metodológico.
La opinión pública en el discurso periodístico: del vox populi a la mediatización
Problemas respecto a la opinión pública
A pesar de los esfuerzos, definir la opinión pública es un trabajo complicado. Es por ello por lo que en el segundo capítulo de “La opinión pública”, Vincent Price prefiere realizar una revisión histórica de dicho concepto, evidenciando su relación con la política y los miedos que alimentan su investigación.
En sus inicios, la opinión podía entenderse como un proceso cognoscitivo mediante el cual las personas emitían juicios individuales respecto a cuestiones específicas. Luego, se desarrollaría otra acepción más ligada a lo moral y las costumbres, un proceso social unido a la reputación.
Por otra parte, lo público también se entendía de forma ambivalente: en primer lugar, como aquello que pertenece o está abierto al pueblo, a las mayorías; y en segundo, como algo que resulta de interés general. No obstante, la unión de ambos términos vería terreno fértil entre los franceses ilustrados, quienes alimentando el debate y la argumentación dieron paso a una esfera pública.
Aunque controvertido por ciertos autores, la opinión pública del siglo XVIII sería principalmente burguesa, con valores como el igualitarismo, el raciocinio y una crítica formal a distintas cuestiones, pero sobre todo al Estado, lo cual le daría un carácter político y la llevaría a configurarse como una forma de autoridad y contrapeso a lo establecido.
Ahora bien, con la aparición de nuevas formas de entender los vínculos entre sociedad y gobierno, la opinión adquiere un carácter utilitarista, en el sentido en que es la mediación entre individuos con intereses individuales; en otras palabras: es “la expresión de los intereses de la mayoría”. Lo anterior, unido a cambios democráticos y capitalistas, llevó a que a medida que llegaba el siglo XX, su entendimiento virara.
Lo que antes era un análisis más político y filosófico, tomó un carácter mucho más sociológico y psicológico, centrando su atención en la función y los poderes de la opinión, la comprensión de los factores que median en su formación y el control que ejercen los medios. Como catalizadores, el miedo a factores que iban desde la falta de competencias del público, pasando por la tiranía de la mayoría y el dominio de las élites, mediaron muchas veces.
Es así como Price hace un repaso del término y los puentes que este tiende. Tras la formación del concepto colectivo, informado y crítico de la Ilustración, se dio paso a nuevos matices y formas de comprenderlo, una labor que la investigación social ha realizado de manera juiciosa y que hoy en día sigue renovándose, pues, como dice: “los problemas que dieron origen a la opinión pública no son los mismos que sustentan su uso actual”.
La opinión pública a través de sus investigadores
Debido al amplio fenómeno y su carácter interdisciplinario de la opinión pública se ha gestado una preocupación por parte de las investigaciones periodísticas con el fin de definir sus funciones, significación y efectos sociales. Sin embargo, se ha logrado reducir la fundación teórica del concepto a la de “hombre-gobierno”, en donde según Speier, debe existir dos fases: 1) principal; comunicación entre ciudadanos-Gobierno y 2) secundaria; de los ciudadanos entre sí.
Las investigaciones anteriores revelaron dos ideas fundamentales: la teórica y la experimental. La primera correspondiente a una posición clásica basada en explicar o aclarar el fenómeno ambivalente de la opinión pública a través de un concepto y la segunda, constituida en el siglo XX nace como una postura contraria, correspondiente a la escuela empírica que intenta investigar por medio de observaciones y experimentos, los cuales los llevaría a abundar en el tema de las actitudes y reacciones de respuestas de los diferentes grupos sociales frente a las relaciones con el gobierno.
Gracias al descubrimiento anterior, se pudo llegar a la conclusión de que la opinión pública no es un fenómeno estático encasillado en un concepto, sino más bien, consiste en un proceso social que guarda relación con objetos, situaciones temporales, contextos y formas determinadas. Por ende, Lazarsfeld comenta que “esto significa que la investigación sobre opinión pública se ha convertido en una ciencia social empírica”.
Asimismo, se propone el tema de “clima de opinión” donde existen dificultades para diferenciar las opiniones, reacciones y actitudes sociales de la población debido a que se intenta descifrar cuáles corresponden a un proceso organizado y racional y cuáles un producto casual de hechos y empírico. Sin embargo, los factores anteriormente mencionados no están disociados debido a que son variables y dependientes; es decir, se complementan. La variabilidad describe la dinámica de la comunicación y los diferentes enfoques de la sociedad y la dependencia está sujeta a las reacciones de los individuos, que son receptores de un mensaje que puede ser interpretado de manera distinta.
Cabe recordar que, el clima de opinión es un mecanismo de factores sociales, políticos, psíquicos, etc., que forma mensajes partiendo desde la expresión y divulgación de las reacciones públicas en un proceso de feedback.
En modo de conclusión, la opinión pública pretende influir sobre los niveles de decisión de los diferentes grupos sociales ante las relaciones gubernamentales y que se pueden manifestar por medio de actitudes sociales-políticas como respuestas a las gestiones del Estado. Berlo expresó que dichas “actitudes corresponden a las formas en que se comporta el público frente a los acontecimientos de carácter público”, es decir, aquellos que estamos preparados hacer frente a lo que consideramos correcto en nuestra sociedad.
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